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Dos protagonistas de la industria electrónica fueguina

Dos ingenieros que tuvieron un rol fundamental en el despegue industrial electrónico de Tierra del Fuego, tienen además una historia de coincidencias digna de libro Guinnes de los récords. Se trata de los ingenieros electrónicos Enrique Schoua y Jorge Mondo, quienes además de viajar por el mundo por su especialidad, desgranaron parte de la rica historia de la industria electrónica de Tierra del Fuego y desmitificaron muchos de sus prejuicios.

 

ingenieros

Río Grande (RTS) 11-01-02016.- Los ingenieros Enrique Schoua y Jorge Mondo fueron entrevistado en FM Universidad (93.5 MHZ) por Alberto Centurión en comunicación con el corresponsal en Europa, Dr. Marcelo D’Aloisio en el programa de los viernes, en la edición número 14 de la presentación de personajes de la ciudad de Río Grande y del que también participa Gerardo Mattos.
“Me radiqué en Río Grande en marzo de 1980; pero antes de eso, estuve a cargo de un proyecto de instalación y puesta en marcha de una planta en la ciudad de Ushuaia (Panoramic) en 1977, que era una planta que fabricaba televisores en blanco y negro”, recordó el ingeniero Enrique Schoua.
Actualmente en ese mismo emplazamiento en la calle Kuanip funciona una sucursal del supermercado La Anónima.
“Luego de eso, la fábrica cerró y estuve trabajando un año en una firma que Jorge Mondo también conoce, de electrónica de audio e iluminación; con un par de proyectos muy importantes porque había ganado la licitación para instalar a Argentina ’78 Televisora Color y en mi caso comencé con la fabricación de dos consolas MCI de 24 canales que son las que se instalaron en los estudios 7 y 8 de Argentina Televisora Color que después pasó a llamarse ATC”.
“De ahí en más, contesté el aviso de un diario de una consultora que se llamaba Executive, para hacer una tarea similar, ponerme a cargo de una planta de fabricación de televisores en color en Río Grande y es así que me instalo definitivamente en Río Grande en marzo de 1980”, memoró.
“Trabajé en la firma Winco que quedaba en Ciudadela, y estaba a cargo de los famosos cambiadores Winco y nuevos equipos que estaban haciendo en esa época; equipos que tenían algunos, las primeras radios FM que era toda una novedad”, detalló el ingeniero Schoua.

Coincidencias

11Por su parte el ingeniero Jorge Mondo comentó que “nacimos ambos en Capital Federal, nos recibimos juntos en la misma facultad y en algún momento en particular decidimos venir acá porque la profesión nuestra estaba migrando hacia esta zona; particularmente en mi caso porque tenía yo una orientación en audio y video y los productos relacionados con esa tecnología se estaban viniendo de a poco a Tierra del Fuego”.
Ambos fueron también docentes de la UTN. A diferencia de Enrique Schoua, el ingeniero Jorge Mondo vino directamente a Río Grande. “Anteriormente, después de haber estudiado algunas materias juntos en la facultad y recibirnos prácticamente los dos al mismo tiempo, se dio una serie de circunstancias particulares porque los dos, en diferentes momentos, trabajamos en la misma empresa, una firma emblemática en la Argentina que era Winco, que estaba dentro del rubro de equipos de audio y entonces me venía orientando en esa especialidad”, dijo Mondo.
“Pero llegó un momento en que yo veía que todas las empresas donde me interesaba en el futuro poder ingresar, habían llegado a Tierra del Fuego, particularmente en Río Grande pero después también aparecieron algunas más en Ushuaia”.
Comentó que “antes de venir a Tierra del Fuego, yo estaba vinculado a través de otro compañero de la facultad, con los canales de televisión en Buenos Aires y surgió la posibilidad de ir a un canal en Formosa; un canal donde me quedé un tiempo y después terminé y me vine a Río Grande; es decir, fui de una punta a otra de la Argentina; pero lo curioso es que en ese canal en Formosa, había llegado equipamiento para el canal de esa provincia junto con el que correspondía a una de las principales emisoras de televisión del país que era ATC en Buenos Aires”.
Agregó que “en el momento en que yo estaba en Formosa, había un ingeniero norteamericano que estaba poniendo en marcha las videograbadoras del canal. Y luego de que terminaba su trabajo allí, él tenía que venir a Tierra del Fuego porque acá estaban haciendo un equipamiento similar, todavía en blanco y negro en el resto del país, pero en el ’78 comenzaron a hacerse algunas pruebas de televisión en color”.
Mondo confió que “yo era soltero cuando vine y me acuerdo de una anécdota de mis amigos que me habían hecho varias despedidas, tanto cuando me fui a Formosa como después cuando dije que me venía a Tierra del Fuego, así que mucho no creían que me iba a ir de Buenos Aires, pero así fue, me vine solo y después, a los dos años, en el mismo día del desembarco en Malvinas, me caso en Buenos Aires y ahí sí me vine ya con mi esposa”.
Consultado sobre la impresión que le dejó llegar a Tierra del Fuego, Mondo confió que “pensaba que iba a ver mucho más nieve en Río Grande, por lo menos mi imaginación era esa, más que tuve un vecino que había trabajado como guardiacárcel y me contaba anécdotas y es por eso me había hecho una idea y salvo por la nieve, fue muy parecido a lo que encontré con lo que imaginaba”.
Agregó que “cuando llegué acá, noté una gran diferencia al manejar automóviles dentro de la ciudad de Río Grande porque había un respeto entre los automovilistas que no observé en Buenos Aires; para colmo yo trabajaba en una zona cercana al centro muy densamente poblada, con muchos automóviles en la Capital Federal. Otro aspecto era el silencio en mi casa. Me acuerdo los fines de semana en que me acostaba alguna siesta escuchaba el canto de los pájaros, el graznar de las gaviotas y me quedó eternamente grabado estas dos situaciones”.
“Lamentablemente, tanto yo como otros que fueron viniendo a través del tiempo, lo fuimos transformando a ese Río Grande y hoy ya no es lo mismo. Antes dejábamos las puertas abiertas de los vehículos, incluso con cosas de valor adentro, hoy es imposible”, dijo con nostalgia. En esa época había unos doce mil habitantes en la ciudad y hoy, 35 años después, hay unas 140 mil almas.

Tierra del Fuego fue la primera en transmitir en color

El ingeniero Schoua recordó que para esa época, “en Tierra del Fuego se fabricaban televisores en Blanco y Negro, la transmisión se hacía en PAL-B y no PAL-N”.
“La transmisión del Mundial 78 se hizo en PAL-B y aquél que tuviera un receptor podía verlo tanto en Río Grande como en Ushuaia”, acotó.
Relató por su parte Mondo que “cuando este ingeniero me decía que venía a Tierra del Fuego, para mí era más lejano que la distancia real, era una cosa en el otro extremo del país. No tenía ni idea de venir acá y da la casualidad que este ingeniero viene acá y en Tierra del Fuego se establece la primera Transmisión en color con acceso del público, si bien en Buenos Aires hubo transmisión en color, fue a modo de prueba para las distintas empresas fabricantes de televisores y algunas emisoras para ver cómo salía la señal”.
“Pero aquí en Tierra del Fuego se vieron las transmisiones porque había algunos que se habían vendido o no sé de qué manera la gente tenía algunos televisores en color –creo que eran de la marca Hitachi en aquel momento- y pudieron llegar a ver las transmisiones en color”, dijo Mondo.
Agregó que “la FIFA quería transmitir en color el Mundial de ese año y es por eso que vino el equipamiento a la Argentina y todavía no estaba definida todavía la transmisión en color al público. Este fue el primer ensayo que se hizo. Es decir, que para el resto del mundo se transmitió en color, pero para el país no, a excepción, de Tierra del Fuego”.

La Industria Nacional, la otra desaparecida por el golpe militar

El ingeniero Enrique Schoua recordó que “a partir del golpe militar de marzo de 1976 se instaló en el país una política de apertura económica indiscriminada que, entre otras cosas, comenzó prácticamente a destruir la industria electrónica. La industria electrónica en la cual nosotros trabajamos en los ’70 era una industria integral; tal es así que en la época de Winco o Panoramic -en la que ingresé después- donde los televisores Panoramic y otros, tenían el tubo nacional, los transistores eran de Texas o de Fapesa (Phillips) y el resto de los componentes, el 98 por ciento, eran nacionales cien por cien”, destacó.
En ese sentido resumió que “a partir de 1976 comenzó a achicarse la industria y algunas tuvieron la iniciativa de instalarse en esta zona de promoción como última instancia para sobrevivir al embate que venía sufriendo el resto de la industria que se quedó. Las que se quedaron en el continente, cerraron todas”.
Justamente el ingeniero Enrique Schoua hizo punta con Panoramic en 1977 “y en esa época solo había una pequeña planta como prueba piloto, de la empresa Radio Victoria Fueguina en Río Grande y la de BGH”.
Ante la consulta del doctor Marcelo D’Aloisio sobre la empresa Toshiba, el ingeniero Schoua asintió que estaba radicada en la capital fueguina “y se llamaba Tele Ushuaia y cerró hace muchos años ya. Conocí al Presidente y al Vicepresidente, de hecho trabajé con uno de ellos cuando fue presidente de Industrias General en 1977, 1978 y parte de 1979 en Ushuaia”.
El ingeniero Enrique Schoua ha visitado las principales ciudades de Asia llevado por su profesión de ingeniero electrónico y su vinculación a la industria. Ha visitado Japón, tanto la ciudad imperial de Kyoto, como también Osaka, Kobe; en Corea ha estado en Seúl, Incheon, Gumi; asimismo Taiwán y a su capital Taipei como China y sus ciudades Hong Kong, Shenzhen, Kowloon, Guangzhou. Las ciudades que más me impresionaron fueron Kyoto y Tokio. Tenía unos amigos en Kobe y fui a la ciudad imperial a conocer, pero las ciudades donde trabajé fueron Tokio y Osaka donde hacía compras para las empresas”.
En este punto recordó que “poco a poco fueron desapareciendo los proveedores nacionales de partes y piezas que abastecían a las industrias terminales en la década del ’70, como capacitores, diodos, flybacks, yugos, transistores como Texas, Fapesa, todos eran de industria nacional”.
En tanto el ingeniero Jorge Mondo recordó que “en el caso de la madera hay uno emblemático que comentaba Jurán cuando fue a Japón y estableció las pautas de lo que es el control de calidad que hasta aún hoy se sigue utilizando. En realidad los televisores europeos como los americanos, en Estados Unidos particularmente, tenían un diseño de los gabinetes, muy cuidado. Así, por ejemplo, teníamos en Estados Unidos mucho metal con dorados, plateados y demás; en Europa se trabajaba mucho el gabinete de madera con distintos estilos”.
Agregó que “cuando Japón decide ingresar a esos mercados, necesita pelear el precio porque su estrategia era de bajos costos, entre otras cosas, como mayor confiabilidad y demás. Pero específicamente Japón se da cuenta que en los gabinetes puede haber una reducción de costos muy importante, haciendo un gabinete plástico casi de una sola pieza –o por lo menos frente y tapa- a diferencia de las regiones antes mencionadas que eran mucho más elaborados”.
Es así, dijo Mondo, “que el gabinete plástico es muy fácil para ensamblar el televisor, incluso cada vez se realizaron mejoras en pos de la celeridad, se le colocaron menos tornillos y hoy es prácticamente una norma”.
El ingeniero Mondo reveló que son muchas las coincidencias con su colega Schoua. “Una de las coincidencias que tenemos con Enrique, es que conocimos las mismas ciudades, aunque en el fondo no es casual porque la materia prima venía de esos lugares. Trabajé en el rubro algunos años más que Enrique porque trabajó en otro tipo de empresas. En mi caso podría agregar otras ciudades por ejemplo Yokohama que era el centro donde yo hacía mis trabajos que eran diferentes a los de él”.
Agregó que “yo iba a capacitarme a Japón en distintos productos, en distintos modelos y en distintas técnicas a los mismos lugares que él comentaba, a través de la misma empresa principal que me derivaba a todo lo que es el sudeste asiático y después también fui a Estados Unidos y a las maquiladoras en México, todo con la misma empresa, JVC, que fabricaba acá en Río Grande. Anteriormente también había ido a Brasil, pero por otra empresa y también fui mucho a Malasia, una o dos veces por año”.
Por su parte el ingeniero Schoua fue consultado por el avance de la industria electrónica a nivel global, especialmente entre los dos gigantes asiáticos Japón y China, y observó que “Corea del Sur en los últimos 30 ó 40 años tuvo un desarrollo casi milagroso; los productos de las distintas firmas de Corea, hoy por hoy están comercializándose en el mundo y compitiendo mano a mano con los japoneses, cosa que era impensable hace 30 años”.
“Otra zona que viene progresando muy fuerte, siguiendo los mismos pasos, es la de Taiwán y China continental. La primera vez que fui a la Feria de Guangzhou (Cantón) en 1980 u 81, y si había 20 empresas publicitando sus productos, era mucho y tendría 1.500 metros cuadrados en total. Hoy por hoy, la Feria de Guangzhou que se hace en abril y octubre de cada año, tiene unos 30 mil metros cuadrados su área de exposición y son millones las personas que la visitan”, contrastó el ingeniero Schoua.
Cabe destacar que ambos ingenieros son acérrimos defensores de los procesos productivos que se realizan en Tierra del Fuego.

Nada que envidiarle al mundo

El ingeniero Mondo reconoció que ha visitado y conocido empresas alrededor del mundo que hacían productos. “La primer diferencia fundamental con los productos fueguinos era que nosotros ya hacíamos algunos pocos modelos de toda la línea que hacían afuera y en mucha menor cantidad”.
Recordó que “una de las limitaciones que tuvimos, por diversas razones, fue abastecer solamente el mercado local casi sin exportar y los procesos productivos aquí fueron muy criticados durante mucho tiempo en Tierra del Fuego porque se decía que eran empresas con ‘rueditas’ que solamente ensamblaban o le ponían etiquetas o lo ponían dentro del embalaje, cosa que es totalmente falsa. En rigor de verdad, las empresas fueguinas no eran distintas del resto del mundo porque los empresarios van donde más le convienen poner las empresas y de esto tenemos sobrados ejemplos en todo el mundo”.
“Tierra del Fuego no es la excepción y sin embargo desde la vigencia de la ley (19.640) hace más de 30 años, siguen estando acá, así que las ‘rueditas’ de las empresas de acá deben ser cuadradas”, graficó.
Al margen de estas apreciaciones, lo cierto es que “los procesos productivos, que era lo que siempre se criticaba en Tierra del Fuego, eran muy similares al resto del mundo, salvo las excepciones de cantidades y diversidad de modelos; es decir, las fábricas de allá eran mucho más grandes que las nuestras, por lo menos en los primeros años de la ley hasta los ’90 y fabricaban con el mismo proceso de ensamble que era una mala palabra y sin embargo tenían la misma integración”, observó el ingeniero Mondo.
También comentó que “el diseño no era nacional, como en la primera época, tal como lo comentó Enrique. Acá los diseños se compraban a los proveedores de la materia prima que usábamos nosotros en Tierra del Fuego, pero también lo hacían en el resto del mundo. Se vendían a Tierra del Fuego los kits y se armaban lo modelos que a veces nos autorizaban o a veces podíamos elegir, con los mismos procesos que lo fabricaban ellos porque las partes y los componentes provenían y siguen proviniendo –tengo entendido hasta el día de hoy- de diversos lugares, de distintas fábricas que no son las que hacen el ensamble final”.
En este sentido reparó que “las empresas que realizan el ensamble final en el resto del mundo, comparadas con las de Tierra del Fuego, son muy similares en cuanto al tipo de procesos. La diferencia obedece a órdenes de magnitud, órdenes de producción”.
Por su parte, el ingeniero Schoua reveló que “las empresas locales están equipadas para producir, del mismo modo que se producen en Corea, Hong Kong o Japón. Las electrónicas son empresas que hacen los productos terminados, por eso son terminales; y las partes y piezas son adquiridas a empresas proveedoras de partes y piezas por una cuestión de economía de escala”.
Citó, a modo de ejemplo, que “una empresa en Corea, Daewoo fabrica algunos de sus integrados, estamos hablando de una fábrica que produce unos 30 mil aparatos por día de TV, también bobinaba tubos y flybacks en esa época, pero por una cuestión de economía de escala”.
Ya a nivel local, Schoua recordó que “se habló mucho en contra del régimen en momentos en que desde algunas cámaras de importadores de productos terminados que pretendían que este régimen se detenga. Al principio, cuando recién se instaló el Mutún en Río Grande y ya estaba BGH y Radio Victoria, de pronto apareció Drean y la gente de Kenya armó un escándalo mayúsculo porque le habían autorizado el proyecto de instalación a Drean. Pero después Kenya vino a Tierra del Fuego y se instaló. Se quedó pataleando –literalmente- la gente de Aurora Grundig, pero al tiempo estaba en Ushuaia. En cuestión de una año y medio, estaban todas en Tierra del Fuego”.
El ingeniero Schoua comentó que a fines de los ’80 “había unas nueve mil personas ocupadas” y que esperaba “que el crecimiento continúe y de haberse continuado ese ritmo de crecimiento hoy tendríamos que tener bastante más que los quince mil empleos actuales en la industria promocionada”.
Hoy Tierra del Fuego fabrica también celulares, tablets, televisores LED y hasta cámaras fotográficas, además de las textiles, las plásticas, agroquímicos y además de gas y petróleo, la industria pesquera, turismo, entre otras.
Al amparo del Decreto 490 se instalaron nuevas fábricas como Brightstar, Aires del Sur, Digital Fueguina y Carrier.

El día que Río Grande se movilizó para salvar la 19640

Por otra parte el ingeniero Schoua recordó la gran movilización popular en defensa de la Ley de promoción industrial el 3 de diciembre de 1982, cuando en plena dictadura militar, el pueblo de Río Grande se movilizó masivamente para defender la continuidad de la Ley de Promoción Industrial 19.640. El levantamiento nació en una de las fábricas, ‘El Mutún’, y desde ahí se propagó por toda la hoy provincia de Tierra del Fuego, logrando torcer el brazo del auto denominado Proceso de Reorganización Nacional, que tuvo que ceder ante la presión popular.
El levantamiento nació en una de las fábricas, ‘El Mutún’ y desde ahí se propagó por todo el Territorio de Tierra del Fuego.
El ingeniero Enrique Schoua, uno de los protagonistas de aquellos hechos desgranó recuerdos de aquellas históricas jornadas y rescató del olvido a héroes anónimos, la gran mayoría trabajadores, como reivindicación de la voluntad popular, la defensa de las fuentes de trabajo y la vigencia de una herramienta que hoy nos permite tener una de las más florecientes economías del país y de Latinoamérica.
Corría diciembre del año 1982, nuestro país había perdido la guerra con el Reino Unido hace pocos meses y toda la población, especialmente la fueguina, estaba afectada y sensibilizada por este hecho, además por los conflictos limítrofes que estaban vigentes en esos tiempos.
En ese contexto, la Ley de Promoción Industrial Nº 19.640 que había sido promulgada en 1972, tenía sobre sí la espada de Damocles, pues a fines de diciembre de ese mismo año, vencía su vigencia.
“Estaba faltando apenas un mes para el vencimiento de la Ley, y desde el Gobierno nacional no se daba ninguna señal para la prórroga de la vigencia de la promoción industrial, sino todo lo contrario, el ministro de Economía, que en esa época era Jorge Wehbe, al ser consultado sobre la prórroga de la 19640, había contestado que ‘no vamos a permitir que Tierra del Fuego se transforme en otro Taiwán’…” recordó el ingeniero Enrique Schoua, entonces gerente de ‘El Mutún’ y referente de la UCR dentro de la multipartidaria y promotor de la movilización más grande de la historia fueguina, solo comparable a la que se vio cuando murió el padre José Zink.
Sobre esta manifestación ministerial, el ingeniero Schoua reflexionó: “ojalá se hubiera transformado en otro Taiwán, pues tendríamos 40 mil trabajadores y cientos de industrias que estarían hoy exportando productos terminados de calidad”.

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