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Alerta padres: el riesgo virtual es real

El profesor Aníbal Lazzaroni, especialista en investigación criminal, dio detalles estadísticos del alcance del grooming en la provincia en niños de nivel primario y nivel medio. El promedio de edad de acceso a celulares y redes sociales ronda los 8 y 9 años, y la falta de control parental, por desconocimiento en general de los riesgos, permite que tomen contacto con adultos y pornografía. Afirmó que entre los dibujitos animados se filtran otros condicionados, enmascarados en nombres similares a los originales, y la mayoría de los niños no lo dice por temor a que les quiten su teléfono. “El 67% de los chicos de cuarto, quinto y sexto grado que tienen celular, reciben mensajes de personas que no conocen. De ese total, el 45% contiene fotografías o videos pornográficos”, dijo, en base a estudios estadísticos en la provincia. La amenaza no es virtual, sino real: “El grooming técnicamente es la figura del adulto mayor que suplanta su identidad por la de un menor en las redes sociales, con el fin de acoso, abuso, trata de personas y corrupción de menores”, remarcó. Lazzaroni lleva adelante un programa provincial de capacitación a padres y docentes, para reforzar los mecanismos de prevención que todos deben conocer.

Río Grande.- En una extensa entrevista por Radio Universidad 93.5, el profesor Aníbal Lazzaroni, especialista en investigación criminal, dio a conocer estadísticas provinciales sobre grooming y el programa de capacitación que se aplica a docentes y padres, para reforzar la prevención.
Lazzaroni trabaja en la Subsecretaría de Políticas Socioeducativas, en un programa de prevención de delitos y violencia en la provincia, que se aplica en todas las escuelas públicas y privadas, a través del Ministerio de Educación, en las tres ciudades de la provincia.
Apuntó puntualmente al delito cibernético, que se denomina grooming, y destacó que “Argentina es el primer país de Latinoamérica en legislar esta situación. En 2013 avanzamos con la ley 26904, que tipifica el delito y eso nos permite trasladarlo al código penal, con la figura del grooming, que es el contacto de un adulto enmascarado con un menos a través de cualquier medio electrónico”, definió.
“Tierra del Fuego tiene jurisprudencia positiva a favor de la víctima, esto quiere decir que las sentencias que estamos teniendo son correctas y positivas, y todas las denuncias realizadas salieron con sentencia favorable a las víctimas. La última salió hace tres o cuatro meses en Ushuaia, por el acoso a una niña de 14 años”, dijo.
“Como argentinos estamos acostumbrados a decir para qué vamos a denunciar si no pasa nada, y muchas veces no denunciamos. En este caso, todas las denuncias que se hacen tienen una investigación y llegan a buen término. Yo puedo dar fe de que en esto sí avanzamos”, aseveró.

Desconocimiento adulto

El profesor expuso un “desconocimiento muy grande” de los riesgos por parte de los adultos, “y un desentendimiento mayor del tema, porque le entregamos tecnología a nuestros hijos, sin saber la cantidad de ventanas de riesgo que se pueden abrir para ellos”.
Tierra del Fuego tiene sus particularidades y esto se refleja en la baja edad de inicio en las redes sociales: “Nosotros no tenemos la posibilidad como en otras ciudades de tener una vida social externa que nos permita salir a distintos lugares. Tenemos más bien una vida interna y los movimientos se hacen en ámbitos públicos cerrados. Eso conlleva a usar más la tecnología para conectarnos y desarrollar otras actividades conectadas a través de internet”, sostuvo.
Consultado sobre el promedio de edad al que un menor accede a un celular, dijo que “ronda los 8 y 9 años. Hace unos diez años, cuando empezamos con estos estudios, la entrega de equipos celulares era a chicos de entre 14 y 16 años, que ya iban a la escuela media y eran más grandes. Entre 2003 y 2013 la provincia tuvo un período económico estable, con producción de teléfonos, tablets y computadoras, que han sido muy fáciles de adquirir por la comunidad fueguina. Esto desplazó el chupete de látex por el chupete electrónico, y un bebé de 8 ó 9 meses a un año y medio ya conoce el gesto de deslizamiento de la pantalla táctil, y se llevan la mano al oído, como si estuvieran hablando. Son gestos que transmitimos nosotros. Si vamos a cenar y vemos una familia tipo, al más chiquito para que no moleste le dan el celular”, graficó.
Aclaró que “no está mal incorporar la tecnología, porque la tecnología avanza, pero si vamos a proveerla, tenemos que saber qué estamos dando, y los adultos no estamos preparados. Hay sistemas de control parental que se pueden instalar en el teléfono, en la notebook, y permiten controlar las redes sociales desde otro teléfono. Todos usamos Youtube, y normalmente les ponemos dibujitos animados, pero se filtran videos condicionados que llevan el mismo nombre, porque tienen su homónimo. Por ejemplo, si ponemos el hombre araña, en diez capítulos por lo menos van a ver uno o dos condicionados, es decir pornográficos; y cuando el niño abre uno, todo lo demás que se despliega es condicionado. Para esto hay filtros, pero yo le preguntaría a todos los padres si alguna vez colocaron un filtro para evitar los emergentes pornográficos. Con esa sola pregunta, se van a dar cuenta de que ni siquiera sabemos frenar un emergente de este tipo. Esto se selecciona desde la configuración, y es cierto que el chico la puede cambiar, pero ahí debe entrar a jugar un convenio entre padres e hijos”, planteó.

“La media para abrir cuentas en redes sociales es de 14 años y Tierra del Fuego tiene el índice más bajo del país, porque la tenemos en 8 y 9 años. Un chico de esa edad no la abre solo: se la abre su papá, su mamá, algún tío o amigo. Cuando abren la cuenta, ya entran mintiendo, porque aunque tengan 9 años en la red social tiene que figurar con 14 años y la foto de perfil es de una niña o niño. Ahí es donde los groomistas empiezan a buscar y por eso tenemos tanta vulnerabilidad en los chicos”, alertó.
“Nosotros trabajamos escuela por escuela y grado por grado, con charlas y detección de casos. Primero capacitamos a los docentes, para que estén en conocimiento hasta de síntomas y conductas. Nos pasó con el juego de la ballena azul, porque dos grupos de docentes de Río Grande, gracias a la capacitación que tuvieron, detectaron chicos en primaria y en media que estaban jugando a este juego, que empieza con desafíos, hasta que el último es el suicidio. Es una escalada de agotamiento psicológico y hemos tenido casos de chicos muertos en Argentina. En Tierra del Fuego los hemos detectado en la primera fase, gracias a que estas docentes conocían cómo se practica el tatuaje, cómo se empiezan a hacer los primeros flagelamientos, y a los chicos se los apartó del juego y se los reorientó”, relató el docente.

Desde México al extremo sur

Lazzaroni dijo que fue convocado cuando se encontraba trabajando en México para diseñar este programa. “La ley es de 2013 y este programa empieza en 2014. A través del bloque radical me convocan a hacer un estudio de campo desde México, porque hace diez años trabajo en México capacitando a ciudades especiales, desde Juárez hasta Chiapas. Hicimos un trabajo de campo estadístico en las tres ciudades fueguinas, con un muestreo en más de 3.700 personas, yendo casa por casa. Se hizo un análisis de las necesidades, de los rangos de edad en riesgo, y se estableció este programa específicamente para la incidencia fueguina. Analizamos los puntos de riesgo, y los tenemos medidos y censados. En Río Grande, por ejemplo, hay puntos de encuentro en la Plaza de los Animales, el Cono de Sombra, la plaza bajo el puente que une las dos márgenes, la que está frente al colegio Antártida Argentina y la que está en el barrio Austral”, precisó.
“Como positivo, tenemos el margen de prevención y la cantidad de casos detectados de situaciones de acoso. Es importante detectar el acoso para no llegar al abuso; porque con un tratamiento terapéutico, cualquier chico sale del acoso. Si se llega al abuso, hay que apelar a un tratamiento psicológico ya por fuera de la escuela. Nuestro mayor énfasis es la prevención y detección de las escuelas”, subrayó.

La masa crítica

Los menores en riesgo son de muy corta edad: “Tenemos una masa crítica de chicos entre 9 y 12 años. El 67% de los chicos de cuarto, quinto y sexto grado que tienen celular, reciben mensajes de personas que no conocen. De ese total, el 45% contiene fotografías o videos pornográficos; el 35% de los chicos bloquea e informa a los padres, pero el 65% no; y la razón es el miedo a que les quiten el teléfono”, precisó, de acuerdo a los estudios realizados.
“Cuando hacíamos el trabajo con los chicos y les preguntábamos qué es internet para ellos, respondían que ‘es la vida’. Para ellos lo más importante hoy en esta vinculación social es internet, por eso es fundamental saber qué hacer con la tecnología, porque si ante un mensaje de este tipo les quitamos el teléfono, es peor el enfrentamiento entre el padre y el hijo, que el problema del teléfono”, observó.
“Tenemos que empezar a capacitar a los papás para que puedan construir un espacio de confianza diferente en el plano virtual, ya no físico. Si no sabemos, no podemos prevenir”.
Precisó que “hay dos sitios que utilizan los chicos acá para exhibirse sin ropa en videoconferencia con adultos, que no voy a nombrar para no hacerles difusión. No necesitan ni siquiera registrarse. Los chicos hablan sobre esto, pero el nombre de los sitios para el padre pasa desapercibido. Acá empieza el problema que tenemos con los youtubers. En cada grado de nuestras escuelas primarias, a partir de cuarto grado, tenemos un promedio de dos a cuatro canales de youtube que manejan los chicos. Los chicos primero siguen a youtubers de otras partes del mundo y luego tienen el incentivo de tener su propio canal, porque aparte por cada like que les dan, Youtube les da determinada cantidad de dinero. En ese afán de tener visitas, promocionan estos sitios de los que hablamos, que conocen por los youtubers”, informó.
“No hay legislación que lo pueda evitar porque la exhibición de una publicidad no tiene ningún derecho y lo que hacen las personas dentro de un sitio de internet es pura y exclusivamente su responsabilidad, y de quién controla que el niño ingrese a esos sitios. Los padres quedan shockeados cuando reciben esta información, pero el problema es real. En las capacitaciones nos encontramos con colegios donde asisten muchos padres y otros donde no va ninguno, y este desinterés también es real. En un colegio de 300 ó 400 alumnos, tuvimos 70 padres; y esto no tiene que ver con la condición social ni con un colegio público o privado. Hay mucho descuido en nuestra comunidad con el tema de los chicos”, lamentó el especialista.
También hay una realidad fueguina, que es la falta de contención de la familia ampliada: “Acá no tenemos el abuelo o la abuela por detrás que cuide a los chicos, y muchos quedan solos. En algunas escuelas agradecemos que vayan, porque se tienen que levantar solos a las 7 de la mañana y se arreglan como pueden. Los padres no se ocupan. Tenemos el caso de una nena de 7 años de edad, que empezó a hacer dibujos sexuados, que en general refiere a una situación de exposición o de abuso. Se le hizo un seguimiento y esto no aparecía en la familia: la nena era atendida, la llevaban a la escuela, la retiraban, le preparaban la leche, pero a las seis de la tarde la dejaban en la habitación y la madre iba a la planta baja donde tiene el estudio, hasta la noche que llegaba el marido. Cuando le preguntamos qué equipo electrónico usaba la nena, nos dice que una tablet. Cuando la revisamos, en febrero la nena había empezado a ver Heidi, el dibujito animado, y el capítulo 15 que ve de Heidi en marzo es condicionado. Cuando la nena despliega el condicionado, todo lo demás que estuvo viendo desde marzo hasta mayo fue condicionado”, afirmó.
“Los padres no colocaron el control y no se ocuparon de ver qué pasaba. No digo que sean malos padres, sino que se desentienden del asunto pensando que no pasa nada por tener una tablet”, manifestó.

Niños observados

Además agregó que “hay juegos en Playstore que son aplicaciones hackeadas. Por ejemplo, La Gatita Ángela, que es un juego de una mascota virtual, que los chicos van criando. En determinado momento del juego la gatita le va preguntando al niño cómo se llama, dónde vive, con quién está, qué ropa tiene puesta, y ese software habilita la cámara de la tablet o el teléfono y quien está detrás los puede ver. Esto los chicos lo saben, somos nosotros que no lo sabemos. Si observan, van a ver chicos que tienen el teléfono con una cinta scotch en la cámara, porque les gusta jugar ese juego pero están bloqueando la posibilidad de ser vistos. La única forma es desinstalar el juego”.
Citó el ejemplo de una psicopedagoga de Ushuaia que tiene una niña de ocho años “y estaba desesperada al enterarse de esto. Le dije que le preguntara con calma a ver si sabía algo su hija. Me llamó a las doce de la noche, porque la nena le dijo que conocía el juego y lo tenía, pero que se quedara tranquila porque ella le ponía un papelito negro y la gata no la podía ver. Hablamos de una nena de ocho años”, enfatizó.
“Los chicos han hecho un salto cuántico sobre nosotros los adultos, y nos han superado en el manejo del riesgo de la tecnología. Pero nosotros pensamos que, porque saben manejar la tecnología, saben manejar el riesgo, y ahí nos equivocamos. Si uno de nosotros tiene un problema en el teléfono, es común que le pida al propio hijo que se lo arregle y no a un técnico. Pero los chicos, aunque conocen el teléfono, no pueden conocer el riesgo, porque son niños, son inocentes, y no tienen la proyección del peligro que se puede dar que tiene el adulto”.

Instagram y Facebook, el mismo riesgo

Consultado sobre las redes de Instagram o Facebook, aseguró que “el problema es el mismo, porque son redes sociales donde entran los adultos para contactarse con los chicos. Por Instagram tuvimos hace un mes una publicidad circulando en la provincia, que enviaban a chicas de menos de 17 años, ofreciéndoles 50 mil pesos para tener sexo, sesión de fotografías y de video. Y esto fue acá en la provincia, con un ofrecimiento para encontrarse ya sea en Ushuaia, Río Grande o Tolhuin. Pero un papá no puede saber esto si no puede revisar el teléfono. Un chico menor de 14 años no puede tener clave. Si se les permite tener una red social antes de los 14 años, debe ser abierta y el padre debe poder chequear lo que pasa, y lo cierto es que, cuando los padres empiezan a revisar, empiezan a encontrar los contactos con adultos, con grupos de whatsapp que se pasan un montón de fotografías y videos, de escuelas primarias y medias. Son chicos infiltrados con adultos que proporcionan información”.

El Pack de whatsapp

También mencionó otra modalidad “que se gesta ahora en la provincia, que es el Pack, donde tenemos una fotografía de un niño con ropa, y todas las demás sin ropa. Los chicos se pasan el Pack de una chica o chico, de uno a otro, y así se van pasando la exhibición física en todas las secuencias. Esto nos está trayendo el problema de dos a cuatro intentos de suicidio al mes, porque cuando esto se escapa del grupo y alguno lo levanta en una red social abierta, empieza la denigración, la humillación, la exposición pública, y hablamos de niños desde los 9 años hasta los 13 ó 14”.
Ante cualquiera de estas situaciones, “la denuncia se puede realizar en cualquier comisaría. Puede pasarnos que en una comisaría nos digan que esto no se investiga porque no es delito, porque tenemos gente muy preparada pero no hemos llegado a formar todo el circuito para que se sepa que esto es un delito y está tipificado en el código penal. Hay que pedir que se nos tome la denuncia porque es un delito penal. A partir de la denuncia, interviene policía científica, se da intervención a la fiscalía y al juzgado, y se inicia la investigación, que no es complicada”, dijo Lazzaroni.
“El problema es que nuestros chicos hoy están recibiendo whatsapp con códigos de área de otros países, de un chico o chica de México o de Santo Domingo, o cualquier otro lugar, que les piden tener un amigo en la provincia, pero esos chips no están fuera de la provincia. Se prenden acá y usan el wifi público para contactar a los chicos, y ahí es más difícil la investigación”, indicó.
“Si el delincuente no anuló la parte de antena de telefonía celular, no vamos a tener problema de ubicarlo, pero si la anularon, la triangulación del teléfono es más difícil porque tenemos solamente un wifi público”, dijo.
Recordó que con la visita del Ministro de Seguridad de la Nación, se pudo acordar el uso del primer nodo de inteligencia criminal instalado en Ushuaia, que corresponde a la región sur. “Nosotros le pedimos que se atendiera este problema con los chicos fueguinos, porque los tiempos de investigación ordinaria se hacían muy largos, y usando la tecnología de este centro se podían acortar. El ministro accedió a que todas las causas que hubiese se pudieran llevar a través de este lugar”, dijo.
Respecto del perfil del criminal, lamentó que “poco se puede hacer, porque la pedofilia y el abuso existen desde que el mundo es mundo. El tema es mirarlo desde otros ámbitos, porque antes se veía desde el entorno familiar pero hoy lo tenemos en lo virtual, donde están metidos todos los chicos y los papás no sabemos quiénes están por detrás”.
“Si llevamos al chico a una reunión deportiva y lo vemos en una situación rara con un adulto, lo hablamos con él, lo apartamos del lugar, porque lo estamos viendo. En el caso del grooming, esto no hay forma de verlo, porque ellos tienen la opción de ocultarnos las cosas para que no les quitemos el teléfono”, expresó.
El profesor pidió prestar especial atención a que “el teléfono no es solamente para hablar y jugar a los jueguitos”, como creen muchos padres cuando se lo regalan a sus hijos, “sino que abre una cantidad de ventanas tal, que nosotros tenemos que saber que existe un riesgo, y acompañar al chico. Hoy tenemos nenas de sexto grado con 2.700 contactos en Facebook, y chicos de primaria que tienen adultos de contacto y dicen que lo pueden manejar; y también chicos de media que dicen que es más fácil tener una relación sexual con un adulto que con un par de su edad”.
“Podemos tener chicos muy buenos en casa, pero en la escuela son diferentes y más si salen a la noche, porque el chico sufre transformaciones sociales. Nosotros no conocemos la transformación virtual ni hasta dónde puede llegar”, expuso.
Remarcó que el grooming es un delito penal en concurso real con otros cuatro delitos, porque no tiene un fin en sí mismo, sino que es un medio para avanzar: “El grooming técnicamente es la figura del adulto mayor que suplanta su identidad por la de un menor en las redes sociales, con el fin de acoso, abuso, trata de personas y corrupción de menores. Es un delito penal en concurso real con otros cuatro delitos, y por eso su gravedad”, dijo.

Programa a disposición

Respecto de cómo acceder a este programa de capacitación, dijo que la escuela puede pedirlo sin ningún inconveniente. “A veces se hacen charlas, a veces se aplica el programa completo, y es para todas las escuelas. Se articula con todos los que se puede. Además cada colegio tiene un gabinete que acompaña al niño si se detecta una situación de este tipo”.
El profesor apuntó que en 2016 llegaron a más de nueve mil chicos y este año esperan superar los doce mil. “En Río Grande tenemos el 80% de las escuelas cubiertas y en Ushuaia son un poco menos. En Tolhuin, de las tres escuelas, dos tomaron el programa y una no. Los riesgos son similares en todas las ciudades y no tienen diferencia en la problemática. Los fundamental es la participación de los padres para que puedan capacitarse y estén en conocimiento de este tema, para construir un espacio de confianza con los chicos, y puedan entender la ventana de riesgos que abre la tecnología”.

La red oscura

Finalmente dio a conocer que “hay chicos de quinto grado que saben qué es la Big Web y han entrado; y es la web profunda, la red oscura, es un sitio donde se entra no por los navegadores tradicionales. Lo que normalmente podemos buscar y encontrar en internet es el 4%, y el 96% restante es esta web oscura. Tenemos chicos de quinto y sexto grado metidos adentro y lo exteriorizan en las reuniones que hacemos con los papás”, aseguró.
“Los chicos que entran en la Big Web habilitan a que sus máquinas sean hackeadas y ahí estamos teniendo robo de información, de números de tarjeta de crédito en la provincia, y conozco docentes a las que les han llegado cifras siderales en su tarjeta de crédito por este hackeo”, dijo.
Lazzaroni destacó que “por voluntad de la gobernadora se lleva adelante este programa” y agradeció la posibilidad que se le brinda para “trabajar libremente en este tema”.
“A nivel nacional somos los únicos que tenemos un estudio estadístico real de ciberdelito en la provincia. Se ha hecho un trabajo responsable y serio desde el Ministerio de Educación y con los resultados que está dando el programa”, concluyó.

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