El presidente de la Cámara de Comercio de Río Grande, José Luís “Gigi” Iglesias, celebró la aprobación unánime de la moratoria impositiva, pero cuestionó los tiempos de la dirigencia y alertó sobre un escenario económico crítico: caída del consumo, retroceso productivo y falta de una estrategia clara para generar empleo. “Sin producción no hay trabajo ni futuro”, afirmó. Recordó que el sector productivo viene aportando un adicional del 1,5 por ciento más del impuesto provincial de Ingresos Brutos para educación y salud, sin embargo advirtió que ese sacrificio fiscal no encuentra un correlato visible en la realidad.
Río Grande.- En diálogo con el programa “La mañana de la Tecno” por Radio Universidad 93.5 MHz, el presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Producción de Río Grande, José Luís Iglesias, realizó un extenso balance político y económico del año, atravesado —según definió— por disputas estériles, demoras legislativas y una crisis estructural que golpea con fuerza al comercio y a la producción del norte fueguino.
Iglesias valoró la reciente aprobación de la moratoria fiscal provincial, una herramienta largamente reclamada por las PyMEs para aliviar la carga impositiva. No obstante, remarcó que llegó tarde y envuelta en tensiones políticas que podrían haberse evitado. “Cuando Nación avanzó con una moratoria en junio, la Provincia debería haberse subido a ese escenario. Entender el contexto mayor permite comprender el menor. Pero la política tiene otros tiempos, y las elecciones se metieron en el medio”, reflexionó.
El dirigente comercial también se refirió al debate recurrente sobre la “inequidad” de las moratorias —la idea de que premian al que no pagó y castigan al cumplidor—, y pidió una mirada más integral. “Hace años el comercio y los servicios aportamos un punto y medio adicional de Ingresos Brutos para educación y salud. Sin embargo, no vemos un correlato: hoy los docentes están de paro y la asistencia sigue en crisis. Después, cuando llega una moratoria, parece que el reproche recae solo sobre el sector privado”, señaló.
En ese marco, Iglesias advirtió que la Provincia enfrenta una caída sostenida de ingresos, producto del retroceso industrial, la baja en la actividad petrolera y el impacto en sectores como el textil. “Todos los días aparece una nota en contra del desarrollo de Tierra del Fuego, pero sobre todo de Río Grande. La moratoria sirve para sostener al que ya está muy mal, pero no crea empleo. Y sin empleo no hay consumo”, afirmó con crudeza.
El diagnóstico se volvió aún más sombrío al analizar las perspectivas comerciales de fin de año. Según estimaciones de la Cámara, diciembre cerrará con una caída interanual cercana al 20% en términos reales. “Hicimos recomposiciones salariales, cumplimos con nuestras obligaciones, pero el consumo no reacciona. Ojalá me equivoque y Papá Noel nos dé una sorpresa, pero la realidad hoy es muy dura”, sostuvo.
Iglesias comparó la situación fueguina con el resto del país y marcó una fuerte asimetría. Mientras algunas regiones muestran dinamismo —como la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba o provincias vinculadas a la minería—, la Patagonia aparece castigada, con la excepción de Neuquén. “Río Grande depende demasiado de la fábrica y no tiene el respaldo del turismo como Ushuaia. Históricamente, el norte de la provincia sostuvo el desarrollo del sur, pero hoy seguimos esperando un proyecto propio de progreso”, cuestionó.
En ese sentido, reclamó una estrategia productiva integral que reduzca la dependencia del continente y apueste a producir lo que se consume: alimentos, proteínas, valor agregado local. “Salmones, pollos, carne, lo que sea. Sin producción no hay empleo, y no hay otra historia”, sentenció, al tiempo que criticó la proliferación de programas públicos que, según dijo, gastan más recursos en difusión y estructura que en resultados concretos.
Apoyo a la educación y a la salud
En ese punto, Iglesias recordó que el sector productivo y comercial de la provincia viene realizando desde hace años un esfuerzo adicional que pocas veces es reconocido. “El comercio y los servicios están aportando un 1,5% extra del impuesto provincial de Ingresos Brutos, destinado en teoría a educación y asistencia médica”, explicó, y advirtió que ese sacrificio fiscal no encuentra un correlato visible en la realidad. “Seguimos viendo conflictos docentes, problemas estructurales en el sistema de salud y una falta total de respuestas. Entonces, cuando se cuestiona una moratoria, se olvida que el sector privado viene sosteniendo con recursos propios áreas clave del Estado”, sostuvo.
Iglesias señaló que este aporte adicional termina funcionando como una carga permanente sobre las PyMEs, sin que se traduzca en mejoras concretas ni en un alivio para quienes cumplen regularmente. “Ese 1,5% no vuelve, no se nota y no sirve para nada si el sistema sigue igual. Después, cuando llega una herramienta de alivio como la moratoria, pareciera que somos los malos de la película”, cuestionó, reflejando un malestar extendido entre los comerciantes y prestadores de servicios de Río Grande.
“Dejar de lado las disputas y juntar voluntades”
De cara a 2026, el titular de la Cámara de Comercio llamó a la dirigencia política —provincial y nacional— a dejar de lado las disputas y “juntar voluntades” para defender el desarrollo de Río Grande. “Tenemos una lista larga de promesas incumplidas y realidades no resueltas. Esta es una materia pendiente de la clase política. El momento exige unidad, porque la situación es urgente”, concluyó.
Con un panorama económico adverso y un tejido productivo en tensión, Iglesias dejó un mensaje claro: la moratoria fue un alivio necesario, pero insuficiente. Sin un rumbo productivo definido y sin decisiones políticas de fondo, advirtió, el futuro del comercio y del empleo en Río Grande seguirá en riesgo.

















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