La empresa con más de 40 años en Tierra del Fuego atraviesa una de sus peores crisis. Su representante legal, el Dr. Raúl Paderne, explicó que la situación se originó tras la revocación de una medida cautelar que amparaba la vigencia de los beneficios del subrégimen industrial. Mientras la causa se tramita en la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia, la planta mantiene suspendida su actividad y ya despidió a 35 trabajadores.
Río Grande.- La crisis que atraviesa la textil Sueño Fueguino, radicada en Río Grande, es un reflejo de la incertidumbre que golpea al sector industrial fueguino tras los cambios normativos que afectaron a las empresas textiles bajo el régimen de promoción de la Ley 19.640. Su representante legal, el doctor Raúl Paderne, por ‘La Mañana de la Tecno’ en Radio Universidad 93.5 MHz, confirmó que 35 empleados fueron despedidos como consecuencia de la paralización productiva provocada por la suspensión de los beneficios fiscales del subrégimen.
“Desgraciadamente hemos tenido que recurrir a estas medidas extremas. Treinta y cinco personas se han quedado sin trabajo en razón de la situación que está viviendo la empresa”, lamentó Paderne.
El conflicto judicial se remonta al año 2021, cuando las empresas textiles quedaron excluidas de la ampliación del régimen industrial. Dos años más tarde, en 2023, fueron reincorporadas por el Decreto 594, aunque con limitaciones respecto de otros sectores. La firma decidió cuestionar jurídicamente ese decreto, al considerarlo restrictivo e inconstitucional, ya que establecía que las empresas no podían acceder a sus beneficios si mantenían litigios contra el Estado.
“Esto es claramente inconstitucional —explicó Paderne— porque limita el derecho a peticionar ante las autoridades. En ese contexto obtuvimos una medida cautelar que nos permitía seguir operando dentro del régimen, pero fue revocada en septiembre por la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia”.
Actualmente, la defensa de la empresa presentó dos recursos judiciales: uno “in extremis” y otro “extraordinario federal”, que buscan revertir la decisión y restablecer la cautelar. “Ambos recursos están tramitando, lo que significa que la medida aún debería considerarse vigente. Sin embargo, la Aduana y la Secretaría de Industria interpretan lo contrario, y eso nos ha paralizado totalmente”, señaló el abogado.
Un conflicto que se extiende al corazón del régimen 19.640
La textil fueguina sostiene que el accionar administrativo constituye una “vía de hecho” que vulnera derechos básicos de producción y exportación. Paderne subrayó que el objetivo de la empresa es que “se respeten las decisiones judiciales y el Estado de Derecho”, confiando en que una resolución favorable permitirá reactivar la planta y reincorporar al personal cesanteado.
“En cuanto podamos reactivar la actividad, vamos a necesitar a toda la gente para trabajar. Esto no es un cierre, es una situación forzada por la interpretación errónea de un proceso judicial en trámite”, aseguró.
Sueño Fueguino, con más de cuatro décadas de trayectoria en la provincia, llegó a contar con 170 empleados directos. Hoy, tras los despidos, la planta opera con menos de 130 trabajadores, y el panorama del sector textil en general es igualmente crítico. “La crisis alcanza a todo el rubro —admitió Paderne—. Algunos están en peor situación, otros no han litigado, pero el problema es estructural”.

















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