Luís Santacruz, padre autoconvocado de Ushuaia, denunció la falta de respuestas del Gobierno provincial ante el deterioro del sistema educativo. Asegura que los padres “ya no confían en los discursos” y reclama medidas urgentes para garantizar clases dignas y edificios seguros. Este grupo de padres presentó al parlamento provincial el proyecto de declarar a la Educación como “Servicio Esencial”.
Río Grande.- En una provincia que se precia de industrial y moderna, los padres empiezan a ocupar el lugar que el Estado dejó vacío: el de defender la educación pública. Luís Santacruz, padre autoconvocado, advierte que el problema ya no es pedagógico, sino político, y que “los chicos están pagando el precio del abandono”.
Por ‘La mañana de la Tecno’, en Radio Universidad 93.5 MHz, Santacruz recordó que los padres vienen exponiendo la preocupación de las familias por la crisis educativa en Tierra del Fuego. En un tono firme, expresó el hartazgo de la comunidad frente a lo que considera una “desidia política generalizada” que atraviesa gestiones y colores partidarios.
“Estamos cansados de esperar soluciones que nunca llegan. Las escuelas se caen a pedazos y los funcionarios se pasan la responsabilidad unos a otros”, resumió Santacruz, visiblemente indignado.
“Las desobligaciones son paros encubiertos”
Ante la situación de pérdida de días de clases en Tierra del Fuego, Santacruz objetó la modalidad de “desobligación” que para él es un paro encubierto del SUTEF.
A su juicio, el problema educativo dejó de ser un asunto técnico o administrativo: “es una cuestión política, de decisión y de prioridades”.
El padre recordó que, durante el último año, varios establecimientos de Río Grande y Ushuaia sufrieron suspensiones de clases por fallas estructurales, filtraciones, calefacción deficiente y falta de mantenimiento. “No hay planificación, no hay inversión sostenida. Y mientras tanto, nuestros hijos pierden días, semanas, meses de clases”, lamentó.
La Educación como “Servicio Esencial”
Santacruz hizo referencia también a la resolución del Fiscal de Estado Virgilio Martínez de Sucre, que intervino en la causa por los reclamos de los padres, y consideró que “ese dictamen deja en claro que el Estado tiene la obligación de garantizar la continuidad del servicio educativo”. Para el padre, este pronunciamiento confirma que “ya no se trata de un reclamo vecinal, sino de una cuestión institucional y de derechos”.
Además, adelantó que el grupo de padres autoconvocados continuará insistiendo ante la Legislatura provincial para que se declare la Educación como “Servicio Esencial”, una categoría que impediría que los conflictos gremiales o administrativos suspendan las clases. “No se puede seguir tomando a los chicos como rehenes de los problemas políticos. La educación debe estar por encima de todo eso”, subrayó.
El dirigente social reclamó también que se abra un canal de diálogo serio entre el Gobierno y los distintos actores del sistema educativo. “El conflicto no se resuelve con sanciones ni con propaganda. Se resuelve escuchando, invirtiendo y cumpliendo con lo que la Constitución manda: que la educación pública sea gratuita, laica y de calidad.”
En su análisis, el silencio oficial es tan grave como el deterioro edilicio. “No hay una sola autoridad que dé la cara. Ni el Ministerio de Educación, ni los legisladores, ni los intendentes. Nadie asume la responsabilidad política de garantizar el derecho a la educación”, señaló.
Santacruz recordó que los padres autoconvocados vienen organizándose desde hace meses para visibilizar la situación, con reuniones, presentaciones y reclamos ante los medios. “No somos militantes, somos ciudadanos preocupados. Lo que queremos es que los políticos dejen de usar la educación como bandera y empiecen a trabajar en serio”.
También cuestionó la falta de diálogo entre el Gobierno provincial y los docentes. “El conflicto no se resuelve con sanciones ni con propaganda. Se resuelve escuchando, invirtiendo y cumpliendo con lo que la Constitución manda: que la educación pública sea gratuita, laica y de calidad.”
En el tramo final de la entrevista, Santacruz fue más allá: “Los padres ya no queremos parches. Queremos una política educativa real, con planificación, con transparencia, con participación. No puede ser que en una provincia con tanto potencial, los chicos estudien en aulas sin calefacción o sin baños en condiciones”.
Hizo un llamado a la reflexión política. En tiempos de disputas partidarias y promesas vacías, la voz de este padre autoconvocado recordó algo esencial: que la educación no es un gasto ni una consigna, sino el cimiento sobre el que se construye el futuro de Tierra del Fuego.
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