En Almanza, Newsan Food está cultivando mejillones mediante un sistema que favorece su crecimiento natural. El proyecto ha generado empleo y busca expandir su producción, aunque enfrenta desafíos por la competencia y la rentabilidad del mercado.
Almanza.- El gerente de Newsan Food, Fabio Delamata, habló sobre el emprendimiento pionero que combina tradición, tecnología y sustentabilidad. El proyecto ya genera empleo y busca escalar producción, en un mercado dominado por Chile y marcado por fuertes exigencias ambientales.
Entre el frío y la calma del Canal Beagle, Fabio Delamata lidera un cultivo de mejillones que replica el modelo chileno, pero con identidad fueguina. Se trata de un sistema de líneas de 200 metros sostenidas por boyas en mar abierto, donde los bivalvos crecen en condiciones naturales, sin especies introducidas ni alimentación artificial.
Cómo funciona el cultivo
Según explicó a Aire Libre FM con el periodista Cristian Meza, el proceso, que dura entre 24 y 26 meses, comienza con la captación de larvas desde los bancos naturales de Almanza. Delamata explica que, en la temporada reproductiva (entre septiembre y enero), las hembras liberan óvulos y los machos espermatozoides, que se fecundan gracias a las corrientes marinas. A los 40 días, las larvas buscan un sustrato donde fijarse, y ahí entran en juego los “cabos de captación” que el equipo cuelga en el agua.
En un año, esa larva se convierte en una semilla de dos centímetros, que se limpia, se reubica en mangas de algodón biodegradables y se deja engordar hasta alcanzar tamaño comercial. Una vez cosechados, los mejillones se procesan en una planta de Ushuaia, donde se limpian, calibran, cocinan y envasan al vacío.
Producción y mercado
Actualmente, el emprendimiento cosecha unas 150 toneladas al año, aunque Delamata aclara que la cifra incluye concha y carne, con un rendimiento de aproximadamente 40%. “El producto es más firme y con valva más dura que el chileno, lo que mejora su consistencia al cocinarlo”, señala.
El precio de venta interno ronda los 3 dólares el kilo, mientras que en el mercado internacional se comercializa entre 1,80 y 2 dólares. Esto, sumado al dominio chileno en la producción, plantea un desafío de rentabilidad: “Es una de las proteínas más baratas del mundo, pero poco difundida en Argentina”, sostiene.
Empleo y desarrollo local
El proyecto nació con apoyo del fondo de ampliación de matriz productiva y ya emplea a 20 personas en Almanza, más otras 20 en la planta procesadora y un equipo administrativo de unas seis personas. Además, cuenta con dos biólogas locales, una de ellas doctora del CONICET, encargadas de monitorear semanalmente el crecimiento y la biodiversidad asociada.
Sustentabilidad y certificaciones
Delamata subraya que la actividad requiere cumplir con certificaciones internacionales que evalúan el impacto ambiental:
“El mejillón es un importante convertidor de huella de carbono. Filtra el agua y reduce CO₂, pero si hay impacto negativo, el mercado lo detecta y te excluye”.
Actualmente, el emprendimiento está realizando su segundo estudio de impacto ambiental. El productor admite que existe un impacto visual por la presencia de boyas en el canal, pero lo compara con cualquier infraestructura productiva en la provincia.
Visión sobre el salmón y diversificación económica
Respecto al debate legislativo sobre la cría de salmones en la costa atlántica, celebra que el Canal Beagle haya sido excluido, pero cree que debe evaluarse la rentabilidad y el cuidado ambiental. Con pasado como secretario de Industria provincial, Delamata insiste en que Tierra del Fuego necesita ampliar su base productiva:
“No se trata de abandonar la electrónica, pero sí de sumar nuevas actividades porque la población crece y los mercados cambian”.
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