Durante dos jornadas, el sábado y el domingo, el gimnasio mayor de la UTN fueguina en Río Grande fue sede de una mega feria de emprendedores en la que transcurrieron miles de vecinos con sus familias a comprar y disfrutar de los productos creados por los emprendedores de la ciudad que dispusieron más de cien stands ofreciendo desde indumentaria, talabartería, plantas hasta una variada gastronomía. Los feriantes agradecieron al ingeniero Mario Félix Ferreyra, Decano de la institución académica, por este esencial apoyo del espacio físico y la infraestructura al desarrollo local, y también al Senador Nacional Pablo Daniel Blanco.
Río Grande.- Rubén Andrade coordinador de la Feria de Emprendedores en el gimnasio mayor de la Facultad Regional Tierra del Fuego de la Universidad Tecnológica Nacional, agradeció al Decano de la UTN, Ingeniero Mario Ferreyra, por el apoyo con el espacio a los feriantes locales en un contexto económico difícil. La actividad incluyó diversos productos y buscó fomentar el comercio en la comunidad. La iniciativa podría continuar dependiendo del desempeño.
En un contexto económico desafiante, Andrade, quien además es representante de un grupo de feriantes barriales y emprendedores, destaca la importancia de estas iniciativas para el impulso del sistema monetario local. Según Andrade, “la mano obrera es la que mueve el país”, y los emprendedores son fundamentales para revitalizar la economía.
La feria se desarrolló durante el sábado y el domingo y concitó el interés de miles de personas que transcurrieron por la sede académica.
Andrade mencionó que “tuvimos todos los rubros de cualquier persona que quiera lograr algo”, lo que demuestra la diversidad de productos disponibles, desde artesanías hasta indumentaria y gastronomía. Este evento no solo ofrece una plataforma para que los emprendedores vendan sus productos, sino que también fomenta la interacción comunitaria y el apoyo mutuo entre los participantes.
El acuerdo con el ingeniero Mario Ferreyra ha sido clave para la realización de esta feria. Andrade explica que “se llegó a un acuerdo amistoso” que permite a los feriantes ocupar el espacio, siempre con la responsabilidad de cuidar las instalaciones. Este tipo de colaboración entre instituciones académicas y el sector productivo es visto como una forma de apoyo vital para los emprendedores locales.
La feria no solo se limita a la venta de productos; también se convierte en un espacio de entretenimiento familiar. Andrade menciona que “las familias están siempre invitadas” y que hubo actividades para los niños, como castillos inflables, lo que hace que la experiencia sea atractiva para todos. Además, se ofrece una variedad de comidas, incluyendo opciones nacionales e internacionales, lo que enriquece aún más la propuesta.
Sin embargo, Andrade también señala que esta feria es una “prueba piloto”. La continuidad del evento dependerá de cómo se comporten tanto los feriantes como el público. “Es importante que el ingeniero quede contento con nosotros”, dice Andrade, enfatizando la necesidad de mantener un ambiente ordenado y respetuoso en el establecimiento.
Finalmente, Andrade expresó su compromiso con la comunidad y la UTN, afirmando que están dispuestos a colaborar en el mantenimiento y mejora del espacio. “Si podemos ayudar y cooperar, lo vamos a hacer”, concluye, dejando claro que el objetivo es construir un futuro próspero para todos los involucrados.
Por su parte Daniel Vega, Coorganizador de la Feria en la UTN destacó su impacto en la comunidad.
Vega compartió su perspectiva sobre este evento que ha reunido a feriantes barriales y emprendedores locales. Con entusiasmo, Vega destaca la importancia de esta feria, que no solo es una oportunidad para vender productos, sino también un espacio de encuentro para la comunidad.
“Estamos aquí como invitados de la Asociación de Feriantes Barriales”, explica Vega, quien resalta que la organización del evento fue posible gracias a la convocatoria de Rubén Andrade. Este esfuerzo conjunto ha permitido que varios feriantes expongan sus productos en un lugar emblemático, conocido como el ex “Offen Plaza”. Vega menciona que este espacio tiene un significado especial para muchos, ya que evoca recuerdos y emociones en los visitantes.
La respuesta del público ha sido abrumadora. “La convocatoria fue amplia, muchísima gente entró a la feria”, comentó Vega, reflejando la gran afluencia de visitantes que han disfrutado de la feria. Este evento no solo beneficia a los feriantes, sino que también acompaña a los vecinos, ofreciendo una variedad de productos y experiencias que enriquecen la vida comunitaria.
Vega también destaca el esfuerzo que implica participar en la feria, mencionando que los feriantes trabajan entre 12 y 14 horas para ofrecer lo mejor a los visitantes. “No es fácil estar acá”, admite, pero subraya que la necesidad de generar ingresos es lo que motiva a muchos a participar. “La feria ayuda a que la gente se busque el mango, independientemente de que tenga un sueldo o que tenga un trabajo”, afirmó, enfatizando la relevancia económica de este tipo de eventos.
El agradecimiento es un tema recurrente en la conversación de Vega. “Quiero agradecer al organizador de la feria, el señor Andrade, quien nos convocó y nos dio lugar para que algunos feriantes que conformamos la asociación podamos estar acá hoy presentes”, dice con gratitud. Además, mencionó al Ingeniero Mario Félix Ferreyra, quien ha estado apoyando a la Asociación de Feriantes en sus necesidades, lo que Vega considera un gesto invaluable. Asimismo, los organizadores brindaron su reconocimiento al Senador Nacional Pablo Daniel Blanco.
La feria no solo representa una oportunidad de venta, sino también un espacio para fortalecer la comunidad y fomentar el emprendimiento local. “Es un lugar donde los feriantes pueden ganarse el mango”, concluye Vega, reafirmando su compromiso con el desarrollo de la economía local y el bienestar de la comunidad.
En resumen, Daniel Vega es un ferviente defensor de la colaboración y el apoyo mutuo entre los feriantes y la comunidad. Su visión sobre la feria en la UTN refleja un esfuerzo conjunto para crear un espacio donde todos puedan beneficiarse y disfrutar de una experiencia enriquecedora.
En tanto el emprendedor Leo Ramírez, integrante de una asociación de feriantes barriales, compartió su entusiasmo por la primera jornada de la feria que se llevó a cabo en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Con una gran sonrisa, Ramírez expresa: “La verdad que sí, esto fue un boom, nos superó la expectativa totalmente”. Este evento marca un hito, siendo la primera vez que se realiza una feria de este tipo en la UTN, y la respuesta del público ha sido abrumadora.
La feria no solo ha sido un espacio para la venta de productos, sino también un lugar de encuentro y disfrute para la comunidad. “La gente concurrió, contenta, vino, compró, paseó, tomó mate”, comenta Ramírez, quien fue testigo del gran flujo de visitantes. La atmósfera festiva y familiar ha sido un elemento clave en el éxito del evento, donde las familias pudieron disfrutar de un día diferente.
Ramírez destaca la colaboración entre varias asociaciones para hacer posible esta feria. “Somos una asociación de feriantes barriales y un encargado más que se ha sumado a la organización”, explica, refiriéndose a Rubén González, quien tuvo la idea de acoplarse con ellos para llevar a cabo esta “mega feria”. También destacó a Daniel Vega como otro de los colaboradores importantes en la organización, enfatizando el esfuerzo conjunto que ha llevado a la realización de este hermoso emprendimiento.
El compromiso de los feriantes es evidente, ya que han estado “peleando” y “luchando” para que este evento se materialice. Ramírez se siente orgulloso de lo que han logrado y agradece a la comunidad de Río Grande por su apoyo. “Agradecerle a todo Río Grande por hoy hacer nuestra primera feria”, dijo con gratitud.
“Hubo muchas cosas novedosas” para los visitantes, agregó señalando que no solo buscaron vender sus productos, sino también fortalecer la comunidad y ofrecer un espacio de encuentro y disfrute para todos. La feria en la UTN es un claro ejemplo de cómo la unión y la creatividad pueden generar un impacto positivo en la sociedad.
La feria no solo ha sido un espacio para la venta de productos, sino también un lugar de encuentro y disfrute para la comunidad. “La gente concurrió, contenta, vino, compró, paseó, tomó mate”, comenta Ramírez, quien fue testigo del gran flujo de visitantes. La atmósfera festiva y familiar ha sido un elemento clave en el éxito del evento, donde las familias pudieron disfrutar de un día diferente.
Ramírez destaca la colaboración entre varias asociaciones para hacer posible esta feria.
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