La crisis de la OSEF volvió a ocupar el centro de la escena pública fueguina. Esta vez, desde una voz con memoria larga. Eduardo Cabral, jubilado municipal y referente histórico de la defensa del empleo industrial, habló sin eufemismos sobre el presente de la obra social y puso fecha y lugar a una protesta que busca interpelar al poder político: viernes 19, 19 horas, Casa de Gobierno en Ushuaia.
Río Grande.- En diálogo con La mañana de la Tecno por Radio Universidad, el jubilado municipal Eduardo Cabral trazó un diagnóstico crudo sobre la situación de la Obra Social del Estado Fueguino (OSEF), convocó a una movilización de jubilados y activos frente a Casa de Gobierno el viernes 19 y recordó una epopeya casi olvidada: la histórica marcha de Río Grande de 1982 en defensa de la Ley 19.640, que marcó un punto de inflexión para el desarrollo fueguino.
La crisis de la OSEF volvió a ocupar el centro de la escena pública fueguina. Esta vez, desde una voz con memoria larga. Eduardo Cabral, jubilado municipal y referente histórico de la defensa del empleo industrial, habló sin eufemismos sobre el presente de la obra social y puso fecha y lugar a una protesta que busca interpelar al poder político: viernes 19, 19 horas, Casa de Gobierno en Ushuaia.
“Esto era cantado”, sostuvo Cabral al analizar el deterioro de las prestaciones y los cortes de atención en clínicas y centros médicos. Para el jubilado, el problema no es coyuntural ni se resuelve con parches financieros. “La obra social funciona con aportes. Si los salarios son paupérrimos, los aportes también lo son. Hoy entre activos y pasivos, el 80 o 90 por ciento está por debajo de la canasta básica”, afirmó.
Salarios bajos, aportes débiles y un sistema asfixiado
Cabral insistió en una idea central: la salida estructural pasa por salarios dignos. “No es lo mismo aportar el 16% de un millón que de dos millones o más. Todo aumentó —medicamentos, prácticas, prestaciones— menos los sueldos”, dijo. A su entender, el uso extendido de sumas en negro y el crecimiento del empleo precarizado (monotributistas que no aportan a la OSEF) profundizan el desfinanciamiento.
También apuntó contra la conducción política del sistema: exceso de cargos jerárquicos, designaciones cruzadas entre gobiernos y sindicatos, y una estructura de decisión que, según describió, garantiza mayorías automáticas a los representantes del Ejecutivo. “Así, siempre ganan 3 a 2. Eso hay que cambiarlo”, reclamó.
Una herida abierta desde el año 2000
El exdirigente recordó que la crisis no comenzó ahora. La ubicó con nombre y apellido a fines de los años noventa y comienzos de los 2000, cuando —según denunció— se produjo el vaciamiento de fondos previsionales y de la obra social con aval legislativo. “De eso también hay que hablar, porque explica cómo llegamos hasta acá”, señaló.
La movilización que no fue olvidada
Antes de entrar de lleno en la coyuntura, Cabral agradeció la mención de un hecho que considera fundacional para la historia reciente de la provincia: la gran movilización de 1982 en Río Grande para defender la vigencia de la Ley 19.640, en pleno gobierno militar. “Fue una epopeya. No se podía protestar, pero igual se hizo. Fue la bisagra del desarrollo fueguino y muy pocos la recuerdan”, dijo, al tiempo que evocó a trabajadores, empresarios y autoridades locales que se jugaron entonces.
Dicha movilización partió del Mutun con su gerente Enrique ‘Quique’ Schoua.
Convocatoria abierta
La protesta del viernes 19 no llevará sellos sindicales. “Es una convocatoria de jubilados, pero invitamos a los activos. La obra social es nuestra y la necesitamos funcionando”, remarcó Cabral. El objetivo, explicó, es visibilizar el drama cotidiano de quienes hoy se quedan sin atención, sin medicamentos o sin respuestas.
Con tono firme, cerró con una definición que resume su intervención: “No nos están robando un beneficio. Nos están robando la salud”.

















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