El legislador de Provincia Grande Matías Lapadula cuestionó duramente al oficialismo por intentar introducir modificaciones a la Ley de Acuicultura “por la ventana” y denunció falta de transparencia, planificación y liderazgo para avanzar en el desarrollo sustentable del sector. “Fue un papelón y así seguimos perdiendo tiempo”, disparó.
Río Grande.- El legislador Matías Lapadula, del bloque Provincia Grande, lanzó fuertes críticas al Gobierno provincial por la manera en que se intenta reformular la política acuícola en Tierra del Fuego. Tras una polémica reunión de comisión, calificó el accionar del Ejecutivo como “improvisado y desordenado” y denunció que “quisieron meter un proyecto propio sin debate ni consulta, en forma encubierta y sin hacerse cargo”.
“Fue un papelón, y no lo digo yo. Lo vieron todas las asociaciones, pueblos originarios y productores que estuvieron presentes. Si querés hacer las cosas bien, no empezás escondiendo el proyecto”, afirmó Lapadula en FM La Isla.
Proyecto inconsulto y sin control
El parlamentario advirtió que el Ejecutivo intentó aprovechar un debate iniciado por otro bloque legislativo para introducir de forma subrepticia su propia propuesta, lo que generó indignación entre actores sociales y organizaciones ambientalistas.
“Si no son capaces de presentar un proyecto de manera ordenada y pública, ¿cómo se va a confiar en que van a controlar la actividad acuícola como corresponde?”, cuestionó Lapadula, al tiempo que criticó la ausencia de controles efectivos en temas estratégicos como el radar británico en Tolhuin.
Doble modelo en pugna
Lapadula reconoció la existencia de dos modelos de explotación en disputa: uno intensivo, orientado a grandes escalas y exportación, y otro artesanal, con producción local y soberanía alimentaria como eje. En ese sentido, volvió a defender un proyecto que había impulsado desde el municipio de Río Grande para abastecer de truchas frescas a la comunidad.
“Hoy por hoy, la legislación impone un tope de 50 toneladas anuales que hace inviable cualquier emprendimiento sustentable. No está prohibido, pero sí hecho a medida de que fracase”, señaló.
Fuerte crítica al enfoque exportador
El legislador también cuestionó que el Gobierno centre su estrategia en generar divisas externas sin pensar en el acceso local a alimentos sanos y frescos. “¿Por qué el único objetivo tiene que ser exportar, si la gente acá también necesita comer bien y barato?”, planteó.
Además, propuso priorizar las especies locales y fomentar el trabajo conjunto con universidades, científicos y pequeños productores: “La acuicultura bien hecha puede ser un motor de desarrollo, pero necesita un plan real y controles estrictos”.
Acusaciones de direccionamiento
Lapadula alertó sobre el posible direccionamiento del proyecto hacia grandes grupos económicos con intereses en diversificar su matriz productiva. “No se contempla al pequeño productor, ni el asociativismo, ni se protege la producción fueguina. Está hecho para otro modelo”, sostuvo.
A su vez, rechazó el sesgo ideológico del texto impulsado por el Ejecutivo, que propone eliminar “trabas burocráticas” y reducir la intervención estatal: “Si querés convencer a la gente de que esto es seguro y sustentable, lo primero que tenés que garantizar es más control, no menos”.
Conclusión: oportunidad desaprovechada
Lapadula concluyó que la provincia está dejando pasar una oportunidad clave para diversificar su economía y garantizar alimentos de calidad. “Ya van cinco años de gestión y seguimos sin hoja de ruta. No hay liderazgo, no hay claridad, no hay confianza. Solo improvisación”, remarcó.
“No podemos darnos el lujo de darle la espalda a una actividad que en el mundo representa el 60% de los alimentos que vienen del agua. Pero tampoco podemos hacerla mal. Así, no se puede avanzar”, finalizó.
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