radiouniversidad.com.ar

Por Julio Mercado (*)

Este título, es un dicho común en el campo, cuando se sigue postergando lo que se debe hacer, y no se hace, poniendo excusas irrelevantes.

Tierra del Fuego tiene una oportunidad histórica, y es la de dejar de depender de decretos y voluntades centralizadas en Nación para ponerse los pantalones largos e ir por la independencia económica y política.

La soberanía no es solo un slogan, ya desgastado por todos los gobernantes que han pasado desde que somos provincia (1991) a la fecha, es una acción que se ejerce enfocándonos y poniendo todas nuestras energías y capacidades, en los valores intrínsecos que disponemos.

¿Cuáles son? El turismo, los hidrocarburos, la pesca de media altura y de altura, el polo logístico antártico, energías alternativas como el hidrógeno verde, la turba, la madera y la producción de salmónidos, más las actividades conexas como la producción de alimentos y servicios diversos que exigirán las nuevas actividades.

Salvo el turismo, los hidrocarburos y la pesca de altura, nada de lo otro existe en la escala necesaria de sus potencialidades, para trascender.

Por incapacidad, desinterés y comodidad de los gobernantes que han pasado por la provincia, siempre fue más fácil depender de la dádiva de Nación como los ATN y demás tipos de subsidios, que lo único que hicieron fue generar una situación de comodidad y adicta a lo insostenible. Se creó, desde ésa comodidad, una economía absolutamente artificial y endeble, de la cual terminamos dependiendo todos.

Los gobiernos se aferran al relato de las “fuentes de trabajo”, respecto de la industria electrónica, y nunca se enfocaron en desarrollar actividades a partir de los recursos genuinos de nuestra provincia, que fueran absorbiendo el empleo insostenible (a fuerza de proteccionismo) hacia un empleo sostenible, actividades que nadie se las puede llevar a otro lugar para producir y que, consecuentemente,  generarían arraigo de verdad, porque existiría un horizonte con una expectativa de vida prometedor, para todas las generaciones venideras.

Las empresas, no se crean para generar trabajo, ¡no es el objetivo! Excepcionalmente, ocurrió eso en Tierra del Fuego, por una cuestión urgente y estratégica, como lo fue poblar el territorio Austral, por una cuestión de riesgo de perder soberanía, pero ya está, se logró. Ningún gobierno se ocupó de corregir las asimetrías y distorsiones que se generaron a partir de aquella emergencia.

Gobernar Tierra del Fuego, fue hasta ahora, pagar sueldos, meter capas y capas de gente en la administración pública, un festival de derroche de recursos que no teníamos, ni tenemos, cobrar impuestos carísimos, sin tener una contraparte lógica. Hoy solo existen deudas y más deudas.

Tal es la degradación de los gobiernos, y hablo de todos y en todos los estamentos, municipios y provincias, que no pueden ni siquiera garantizar el mínimo de clases para nuestros niños y adolescentes, la salud pública es paupérrima y no de ahora, la seguridad es, desde hace años, una utopía cada vez más lejana, la infraestructura necesaria para el desarrollo, brilla por su ausencia, al igual que los incentivos para radicar empresas que se ocupen de hacer lo que los gobiernos siempre predican y nunca cumplen.

En esto, los sindicatos son también, responsables directos de nuestra realidad, los privados, por nunca trabajar para que se desarrollen actividades genuinas, los estatales por permitir que, con cada gestión de gobierno, osea cada cuatro años, ingrese más y más gente innecesaria a la administración pública, en detrimento de los trabajadores que sí, son necesarios.

A partir de ahora, Gobernar será sinónimo de gestión, priorización, austeridad y de competencia con otras provincias, para atraer inversores a través de políticas fiscales no confiscatorias, seguridad jurídica y compromiso con el desarrollo genuino. Ya no alcanzará con solo pagar sueldos y prometer sin cumplir, porque total, invariablemente aparecía papá estado nacional para apagar los incendios.

Defender el proteccionismo, de cualquier tipo, generalmente va en detrimento de los consumidores y favorece a un puñado de empresarios prebendarios que, utilizan a la empleabilidad, como herramienta de extorsión, con la complicidad de sindicatos y gobiernos.

A partir de ahora, necesitaremos candidatos probos, en honestidad y capacidad, necesitamos estadistas, no improvisados con buena retórica discursiva y cataratas de promesas que nunca se cumplen.

Ahora, hay que dar vuelta la página, mirar para adelante y con mucha decisión, convicción y firmeza, diseñar nuestro futuro para construir nuestro destino.

Espero que la sociedad esté a la altura de lo que necesitamos y elija y apoye, en consecuencia.

(*) Julio O. Mercado es Vicepresidente del partido Republicanos Unidos de Tierra del Fuego.