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Maquinaria, herramientas, insumos y equipamiento renovado fortalecen la formación de más de mil estudiantes por año en oficios con inmediata salida laboral. El profesor Hugo Monasterio destacó el acompañamiento sostenido del Consorcio Cuenca Marina Austral I –integrado por TotalEnergies, Wintershall DEA Argentina y Pan American Energy (PAE)–,  y el impacto directo en las trayectorias de jóvenes y adultos.

Río Grande.– La historia del Centro Educativo y Formación Laboral Dr. Manuel Belgrano está profundamente ligada al esfuerzo comunitario, al crecimiento paso a paso y, en los últimos años, al acompañamiento constante de empresas que eligieron comprometerse con la educación técnica en Tierra del Fuego. Esto se vio nuevamente reflejado en la reciente donación realizada por TotalEnergies y sus socios del Consorcio Cuenca Marina Austral I –Wintershall DEA Argentina y Pan American Energy (PAE)–, un aporte clave para el funcionamiento cotidiano de una institución que hoy recibe a más de mil estudiantes por año.

Por “La Mañana de la Tecno” (Radio Universidad 93.5), el titular del Centro, profesor Hugo Monasterio, profundizó en el significado de este acompañamiento y repasó el presente de una institución que desde 2008 se consolidó como referencia provincial en la formación de oficios.

Una escuela que creció desde cero y hoy funciona en tres turnos

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Monasterio recordó los orígenes del Centro, que comenzó en la antigua Escuela Nº 4: “Desde entonces pasaron cientos de docentes y miles de alumnos. Hoy tenemos una institución digna, actualizada, cómoda, y eso se logró con trabajo constante”. El establecimiento funciona de 8 a 22, con talleres en los turnos mañana, tarde y vespertino, lo que facilita el acceso de jóvenes, adultos y familias que organizan sus horarios para capacitarse.

El Centro abre inscripciones dos veces al año y combina cursos cuatrimestrales, anuales y trayectorias de dos años, especialmente en áreas técnicas como electricidad.

Más de mil estudiantes por año: una demanda que no deja de crecer

“Entre los dos cuatrimestres superamos los mil inscriptos anuales”, detalló Monasterio, cifra que refleja la enorme demanda de formación laboral en la ciudad. Entre egresos y deserciones, cada ciclo cierra con 350 a 400 certificados entregados, un número que evidencia la capacidad de movilidad social que ofrece la institución.

Una oferta que responde al mercado: electricidad, carpintería, gastronomía, soldadura, informática y más

Monasterio destacó que los talleres se adaptan a las necesidades reales de la comunidad y del sector productivo. Por ejemplo: Gastronomía: cocina, panadería, pastelería, auxiliar de cocina, mozo y camarero de salón.

Electricidad y energías renovables: instalación en inmuebles y orientación a paneles solares, con articulación para que los egresados rindan su matrícula en la UTN y la Cooperativa Eléctrica.

Carpintería y soldadura.

Informática aplicada: AutoCAD 2D y 3D con impresión 3D, un área en crecimiento solicitada por empresas como BGH.

Oficios vinculados a la administración y la salud.

“Siempre buscamos saber qué necesita la sociedad. Si hay barrios en construcción, si las fábricas requieren habilidades específicas, si falta mano de obra en algún rubro”, explicó.

Un puente hacia el trabajo y el emprendedurismo

El director remarcó que muchos estudiantes logran empleo rápidamente o emprenden sus propios proyectos: “Tenemos casos de alumnos que construyeron su casa con lo aprendido acá, otros que abrieron panaderías, electricistas matriculados que ya trabajan de forma independiente. Esa es la mayor satisfacción”.

Incluso familias completas se han formado en el Centro: “Hemos tenido parejas que cursaron juntas y se recibieron. La capacitación cambia vidas”.

TotalEnergies: apoyo sostenido, concreto y de impacto directo

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Sobre el acompañamiento de TotalEnergies y sus socios Wintershall Dea y PAE, Monasterio fue contundente: “Tengo un profundo agradecimiento hacia ellos, en especial hacia Ana Berbel. A través de la cooperadora hemos recibido herramientas, insumos y equipamiento que se usa todos los días”.

La lista es larga y diversa:

* Soldadoras, moladoras, caladoras;

* Herramientas para electricidad y plomería;

* Bbandejas, copas y utensilios para el taller de mozos.

insumos gastronómicos que permiten a los estudiantes cocinar aun cuando no pueden costear los materiales.

“Esas cosas a veces parecen pequeñas, pero no lo son”, dijo. “Por esas herramientas pasan muchísimos alumnos. Le dan la posibilidad a un chico de aprender con calidad, de ver y tocar un equipamiento profesional. Eso hace la diferencia”.

En talleres como pastelería y cocina, el aporte de insumos permitió que estudiantes vulnerables no quedaran afuera: “Vienen con todo y se llevan el pan, la comida, el pastel. Eso es inclusión real”.

“No es solo enseñar a pescar: también es dar la caña”

El profesor recordó un gesto inolvidable: la entrega de kits completos de herramientas a egresados de soldadura –caretas, guantes, máquinas– para que pudieran iniciar su actividad profesional. “Les dieron la oportunidad de empezar, de tener su primera herramienta. Eso marca un antes y un después”.

TotalEnergies también acompañó actividades institucionales como la “Carrera de Mozos”, premiaciones y eventos comunitarios.

Educación técnica, trabajo y futuro

Monasterio subrayó que la formación laboral es hoy uno de los pilares para afrontar la situación económica: “Muchos adultos dejan horas de su familia para estar acá, pero lo que aprenden no se lo quita nadie. Son conocimientos que abren puertas”.

Por eso, cada herramienta, cada máquina y cada bandeja donada, termina transformándose en una oportunidad concreta para cientos de estudiantes.

“El logro real –cerró Monasterio– es ver a un alumno que llegó sin saber nada y se va con un oficio, con confianza, con ganas de trabajar. Que la comunidad nos acompañe hace que eso sea posible”.