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La historia de Cristian Bahamonde, un fueguino que triunfa en Australia

Se trata del ingeniero riograndense Cristian Bahamonde nacido en Río Grande y ex alumno del CIERG quien está trabajando desde hace unos cinco años en el proyecto del Royal Adelaide Hospital, una obra que ronda los dos mil millones de dólares y del cual él es uno de los ingenieros de procesos, pese a su juventud. Bahamonde fue entrevistado por Radio Universidad el pasado viernes y contó su historia y resaltó el valor de la cultura argentina.

Río Grande.- El ingeniero Cristian Bahamonde vive en Melbourne, en el sur de Australia en el Estado de Victoria, dialogó con Radio Universidad (93.5 MHZ) en el tradicional espacio del «Personaje de los viernes», en contacto directo con el corresponsal en Roma, Marcelo D’Aloisio y con Alberto Centurión, director de la emisora quien estuvo acompañado por Gerardo Mattos.
“Es verano acá y tenemos un clima bastante agradable, caluroso; si bien a la noche refresca un poco, pero es lindo”, introdujo el fueguino residente en Australia.
La diferencia entre Melbourne y Río Grande es de trece horas.
Cristian, quien es hincha de Boca Juniors, tiene 29 años, nació en Río Grande y es hijo de chilenos, su hermano es el contador Oscar es el Secretario de Finanzas y Cuentas Públicas de la Municipalidad de Río Grande. “Mi papá y mamá vinieron de Chile cuando eran jóvenes y se radicaron en la Isla. Nunca más volvieron a Chile y nosotros, los cuatro hermanos, nacimos y nos criamos en Tierra del Fuego”.
Los cuatro hermanos, al terminar su secundario en Río Grande, partieron al continente a estudiar y los cuatro estudiaron en la Universidad de La Plata, dos ingenieros, uno es arquitecto y el otro contador.


“A mi viejo Guido, muchos lo conocen porque hace más de treinta años que trabaja en la construcción y mamá Mariana, trabajo en Gobierno. Mi infancia fue tranquila, en esos tiempos Río Grande era bastante chico, me acuerdo que no había muchas calles alrededor de la casa; uno se la pasaba todo el día jugando a la pelota afuera con amigos, andando en bicicleta o patinando en invierno, pasábamos noches patinando y todo era muy lindo, éramos cuatro hermanos así que en ese sentido fue una infancia feliz”, recordó.
Cristian es el tercero de los hermanos, el mayor es Néstor de 36 años y arquitecto de profesión, luego le sigue Oscar, de 35 y el menor, de 27 años quien se recibió de Ingeniero Químico.
Su educación primaria la hizo en la Escuela Provincial N° 7, ‘El Abrazo de Maipú’ y su secundario en el CIERG, en el Polimodal ‘Bienes y Servicios’ donde se recibió de Técnico Electrónico “y ahí comencé a ver el camino que quería seguir; me había entusiasmado mucho el tema de control de sistemas . El ingeniero Mario Ferreyra el Rector del colegio y el ingeniero Francisco Álvarez era mi profesor de Matemáticas, estaba el profesor Gustavo Tielens como Director del colegio, no se si seguirá y tuve muchos otros profesores”, recordó.
Cristian jugaba al fútbol y al padel y a los 15 años practicaba la escalada deportiva.
Confió que su partida a Australia, “fue por cuestiones laborales, a nadie se le cruzaría ir a probar suerte en un continente tan lejano. Una vez que terminé mis estudios universitarios me mudé a la ciudad de Córdoba y empecé a trabajar en un estudio de ingeniería y arquitectura que tuvo la suerte de conseguir ciertos proyectos y clientes en Australia; surgió un proyecto muy importante en la ciudad de Adelaide (*) y empecé a trabajar en ese proyecto, fui asignado a la parte de servicios y mucha gente local de esa ciudad australiana trabajó en el mismo, así que tuve la suerte de venirme a Australia de esa manera casi casual”.
En la capital de la provincia mediterránea, donde vivió en el barrio Alberdi, cuna de ‘Los Piratas’ estuvo trabajando casi un año, primero en mantenimiento de edificios durante dos meses, luego en este estudio ingenieril. “Este primer trabajo, que era eminentemente técnico, me ayudó muchísimo en la comprensión de la ingeniería, en la construcción y disposición de los edificios y luego ingresé a trabajar con ese estudio de Ingeniería y Arquitectura”.
Una vez llegado al continente de los canguros, el ingeniero Cristian Bahamonde compartió que “pude compartir experiencias, conocer equipos de diseño distintos y tanto la vida como la cultura son totalmente distintas”.
En ese sentido reveló que “la barrera idiomática también fue muy difícil al principio, si bien tenía algún conocimiento básico, pero nunca había estudiado específicamente Inglés”, dijo y recordó en este punto una anécdota en la que tuvo que estudiar obligatoriamente una materia en ese idioma anglosajón. “Tenía el libro escrito en inglés y no entendía nada, me tuve que romper la cabeza para estudiar. Recuerdo que un profesor de Soldadura nos pidió que levantáramos la mano quienes hablaban un inglés fluido y solo dos lo hicieron. Entonces dijo que todos los demás, con todo respeto, que consideren dejar el curso o inscribirse en un curso de inglés”.
“Consideramos que era medio extrema esa sugerencia, pero después nos dimos cuenta de lo importante que era esa proposición. Así que con un inglés básico vine acá y si bien me costó mucho, después me gustó y decidí tener una experiencia un poco más extensa acá. Ya estoy viviendo en Australia hace cinco años, el día a día y el trato con la gente me pulió”, relató.
Agregó que “en lo laboral fue más sencillo porque estaba diariamente con las tareas, era más natural, pero en la parte social costaba más, tener una conversación fluida, querer expresar alguna idea, algún comentario, eso costaba mucho más”.
Si bien hace dos años que no viene a Río Grande, en los primeros tiempos venía cada año a ver a su familia. “La cultura de la amistad en la Argentina es muy fuerte uno se agarra demasiado a los amigos; en Australia también son muy cálidos y amigables y nunca sentí una barrera; pero culturalmente es un poco distintos, entre ellos mismos tienen sus barreras sociales. Es un país muy joven y en ese sentido es muy similar que la Argentina porque su crecimiento está basado en las inmigraciones; han tenido procesos migratorios muy grandes, todavía lo siguen teniendo y por ello sigue creciendo muchísimo su población, han venido oleadas europeas, especialmente ingleses, escoceses, holandeses e italianos. El otro grupo inmigratorio muy importante es el griego, que creo que después de Grecia es la población más grande en el mundo”, detalló.
Comentó que los australianos cocinan con parrilla a gas y dijo que después de la jornada laboral, no se acostumbra a los asados. “Se acostumbra tras concluir un proyecto compartir una cerveza y se organiza alguna comida. En ese sentido es bastante similar pero gana la parrilla australiana; uno va a la carnicería y no va a encontrar la tira de asado, no va a encontrar el corte americano, no hay mollejas ni nada de eso”.
Asimismo, dijo que toma mate, “acá se consigue fácilmente la yerba”.
Lo que más extraña “es la familia, uno extraña mucho; y lo otro que extraño es la cultura. Argentina es un país que deja una impronta muy grande en la gente porque no importa de donde es la descendencia de uno, no importa de dónde han venido los padres o los abuelos. Argentina se fundó en gran parte por distintas corrientes de inmigrantes en distintos períodos y por eso digo que tiene una impronta muy grande; he conocido gente de muchos lugares; acá son muy reacios a decir ‘soy australianos’, dicen en cambio ‘soy italiano’, ‘soy griego’ o ‘soy francés’ y eso es lo primero que les sale de la boca, que son europeos”,
Añadió que “en la última generación los argentinos adoptan la misma tesitura porque la cultura argentina es muy fuerte. En la forma de trabajo, está bastante nivelado en la parte técnica, atento a la globalización de las comunicaciones lo que hace que en todo el mundo sea similar. Lo que si varía son los recursos, acá en Australia construir es mucho más caro pero también se les da la posibilidad de tener otro tipo de herramientas y los procesos que son mucho más sofisticados, aunque obviamente más caros”.
Contrastó que “en lo laboral, en Argentina es mucho más rígido, uno debe cumplir con el trabajo y ser puntuales, en cambio en Australia es un poco más relajado; pero cuando uno tiene más plata y más recursos, también es más fácil ser más flexibles al respecto”.

Un proyecto de dos mil millones de dólares

Cristian Bahamonde contó que en el proyecto por el cual viajó a Australia representando al estudio cordobés, “la particularidad fue que en este proyecto se implementaron nuevas tecnologías en lo que es documentación y diseño de edificios. Es una tecnología nueva que cuesta mucho introducirla en el mundo, incluso en los países desarrollados”.
Explicó que “por suerte esta empresa en Córdoba ha tenido experiencia con clientes de Estados Unidos y por ello conocían el manejo de estos programas y sus procesos. Ahí fue que me empapé con eso y vinimos acá. Esta obra es un hospital público, pero su construcción está financiada por capitales privados y públicos y este complejo va a prestar servicio a un vasto distrito de una región del país y está ubicado en la capital de esta zona, Adelaide; tiene unos 170 mil metros cuadrados equivalentes a 17 manzanas y la cifra oficial ronda los dos mil millones de dólares, que seguramente va a ser un poco más”.
Detalló que “nosotros comenzamos a trabajar en el diseño hace más de cinco años y la obra está a punto de completarse; tendría que haber estado completada a mediados del año pasado pero hubo un par de problemas técnicos y se está terminando ahora. La obra civil está completada y se están haciendo pruebas y ensayos hasta que le den el visto bueno y puedan mover a todo el personal”.
“La técnica de construcción es a escala industrial, no es la misma fórmula que utiliza mi papá para construir casas en Río Grande –bromeó-; se construyen y traen bloques inmensos, similar a la construcción naval, al sitio de construcción y se ensamblan, básicamente es eso. Es alucinante verlo personalmente y seguir su proceso”, explicó.
“El proyecto del Hospital en particular tenía una sección con once niveles y había tres niveles de estacionamientos subterráneos; obviamente que todas las fundaciones, lozas y columnas son de concreto y el revestimiento varía en sus materiales, a medida que uno sube los niveles se usan materiales más livianos; son estructuras metálicas, los revestimientos son de vidrios especiales que tienen ciertas propiedades térmicas y de aislamiento por el tema solar”, precisó.
“En cambio las casas en general, son de madera, una construcción más liviana, rápida de construir y más económicas. Es cada vez más difícil acceder a la vivienda propia, si bien ahora hay un boom de créditos para construcción de viviendas similar a lo que hubo en Estados Unidos en el 2008 cuando se desató la crisis económica, y muchos están alertando de que pase algo similar. Lo cierto es que hay muchísima oferta de créditos y mucha gente accede a ella”, contrastó.
El ingeniero Bahamonde reveló que un empleado de comercio o de empleo mínimo cobra entre 20 y 25 dólares australianos la hora que equivale a unos dos mil o dos mil quinientos dólares americanos por mes, “pero generalmente no alcanza para ser acreedor a un crédito, aunque si trabajan los dos integrantes de la pareja ya es un poco más accesible. Se está construyendo mucho fuera de la ciudad, donde hay más accesibilidad a la vivienda. De todos modos varía en cada ciudad”.
En relación a la oferta laboral a los extranjeros, el entrevistado señaló que es buena, pero se necesita algún patrocinador laboral y que se complica para la gente que no tiene visa, pero para trabajos estacionales de uno o dos años es más fácil “pero cuando uno se quiere radicar y asentarse ya son más exigentes. La forma de hacerlo es sin uno tiene el patrocinio de una empresa o bien es profesional en algunos rubros que se necesita más o bien si sabe algún oficio que tiene demanda y hay que cubrir se puede facilitar más y se le da la visa; por ejemplo, oficios de soldadores, electricistas, panaderos, que son los rubros en que se necesitan muchos”.
Asimismo comentó que “no hay muchas distinciones del origen del país que proceda, aunque puede haber algunos casos particulares, por ejemplo, si uno es argentino, puede venir a trabajar por un año sin patrocinio laboral y si se es inglés, le dan dos años, pero en general no hay preferencias en ese sentido”.
Sobre los connacionales radicados en Australia, Bahamonde dijo que “hay muchos argentinos, pero están más concentrados en Sidney, incluso hay todo un barrio donde se ve a la gente tomando mate y hablando en español. Aquí he conocido argentinos cuando fue el mundial de fútbol, pero tengo una anécdota. Una vez estaba haciendo una práctica de escalada en un parque y escucho hablar a personas con acento argentino y acá en Melbourne es un poco raro encontrar argentinos hablando en la calle y comenzamos a hablar. Uno de los dos chicos era de Salta y el otro era de Río Grande y resulta que hablando estudió en el CIERG igual que yo; era un chico que había cursado el mismo colegio pero dos años menor y yo recordé que jugábamos juntos al padel y compartíamos el mismo grupo de amigos. Fue muy raro porque primero no lo conocí y la verdad que fue sorprendente”.
Cristian aprovechó para saludar a su familia, a los amigos y mucha gente que conoció “aunque a muchos le he perdido el rastro; si bien con mi familia tengo comunicación constante; pero también la diferencia de horario complica a veces las comunicaciones; es difícil comunicarse pero lo lindo son los reencuentros con gente que compartí”.
Consultado sobre su futuro, el joven ingeniero confió que “se me hace difícil pensar en no volver a la Argentina, pero a corto plazo mi carrera está evolucionando bastante bien, hasta ahora estoy teniendo ciertas oportunidades y tampoco quiero desaprovechar la posibilidad de tener una experiencia distinta en ese sentido y con esto no quiero decir que no tenga las mismas posibilidades en mi país, pero se está dando acá y por el momento quiero estar un tiempo aquí y llegado el momento se tomará la decisión”.
Por último reflexionó que “es muy importante la iniciativa de Radio Universidad de contactar a los argentinos en el mundo y conocer las distintas historias de vida, mis viejos son inmigrantes viviendo en la Argentino, yo soy argentino pero inmigrante en otro país y la verdad es que las raíces siempre tiran hacia la tierra de uno”.

(*) Adelaide es la capital y la ciudad más poblada del estado de Australia Meridional, y la quinta más grande de Australia, con una población de 1.158.259 habitantes según el censo de 2007. Es una ciudad costera situada en la parte sur del océano Índico.

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